Hoy descendió el Granada y con el equipo mi Memo Ochoa, que le costó ganarse un lugar como titular en la Liga, y ahora que lo había logrado, su equipo se va al descenso… Siento feo por mi Ochoa, pero seguro hay muchos aficionados que hoy también están tristes por esta noticia.
Pues el equipo no se olvidó de aquellos aficionados fieles, y les dedicó una carta por todo el apoyo que le dieron durante seis temporadas en la Primera División.
Primera hora de la tarde. Caluroso mes de agosto. Pepe espera junto las taquillas del estadio. Un grupo de amigos de afuera se había comprometido con él en sacarse el abono de la temporada que está a punto de terminar. Allí aguantó, con la frente cubierta en sudor y un botellín de agua casi vacío en una mano, hasta que por fin apareció una decena de personas. Les organizó la fila y presenció orgulloso cómo uno a uno guardaban en sus carteras la tarjeta que le abriría paso al Nuevo Los Cármenes durante 38 partidos.
Es el compromiso de personas como Pepe el que hace tan especial a nuestra afición: la que impulsa y da sentido al club. A ella hay que decirle que el Granada CF late incluso ahora que las lágrimas aún resbalan por muchos de nosotros. Que el dolor del descenso se respeta, se comparte, se abraza y arranca desde el seno de la entidad un profundo sentido de la responsabilidad. Desde el club contraemos la deuda de situar a nuestro equipo de fútbol a la altura de quienes regalan sus cinco sentidos por su historia y sus colores.
Estas seis temporadas en la élite se interrumpen. Pronto soñaremos con un futuro mejor edificado sobre una estructura sólida. Ojalá la perspectiva del tiempo nos recuerde estos días como el paso atrás sobre el que germinaron nuevas y ambiciosas ilusiones. Y necesitaremos otra vez del impulso de hombres y mujeres como Pepe. Sufriremos como en Elche, Vallecas, Valladolid o Sevilla. Decenas de miles de hinchas rojiblancos. Una sola voz.
Nos caemos. Nos levantamos. Con corazón. Juntos.
Granada Club de Fútbol