Para esto debe servir el futbol juanáticos, no para ejemplos tontos, fiestas, excesos y demás payasadas, en realidad es para dar un buen de ejemplo de humildad sobre todo, sencillez y el ser un profesional íntegro para las nuevas generaciones.
Esta ocasión, el ejemplo nos lo pone el brasileño Neymar, tan odiado por su piscinazos y malas conductas, pero también ovacionado por sus grandes jugadas y golazos.
Resulta que después de la victoria del PSG ante el Nimes, el equipo parisino se dirigía al vestidor cuando un pequeño salto la cerca y se acercó a su ídolo quien lo recibió con un fuerte abrazo y lo llevó en sus brazos para regalarle su playeras, todo en medio de lágrimas felices del pequeño fan.
Ojalá Ney se enfoque más en dar grandes partidos y grandes alegrías a sus pequeños fans en lugar de dar malas ideas de lo que NO es futbol.