Por: Roberto Quintanar
Su único accidente fue un desastroso partido frente al Real Madrid en la UEFA Champions League. No alcanzaron la perfección por aquella mala noche, pero la Copa del Mundo les hizo justicia para hacer olvidar ese episodio aislado.
Dos de ellos llegaron a lo más alto del podio; el otro, a pesar de no hacerlo, tuvo su revancha respecto al Mundial anterior al ser decisivo para su equipo. Fue la cereza en el pastel de la aplanadora bávara, el Bayern Múnich.
La venganza de Arjen
Arjen Robben, que un año antes reencontró su mejor nivel bajo el mando de Jupp Heynckes a pesar de que el entrenador inicialmente no contaba con él como titular, se convirtió con Pep Guardiola en una de las bujías del motor rojo, su principal válvula de escape por el costado derecho.
Campeón de la Bundesliga de manera temprana y tras vencer en la DFB Pokal, el atacante holandés llegó en forma óptima a Brasil. El destino lo puso nuevamente frente a Iker Casillas en el primer partido de su selección en el Mundial. Esa tarde, España padeció a Robben y Casillas, que cuatro años antes le había robado la gloria en la final de Sudáfrica 2010, terminó humillado por el ‘11’ tulipán, que marcó un par de goles vistiéndose de torero y dejando tendido al guardameta español en ambas ocasiones.
Arjen sacó las papas del fuego para los holandeses en el partido contra México en una de las acciones más polémicas del campeonato al provocar un penalti que catapultó a los de Van Gaal a los cuartos de final. Su reputación de ‘clavadista’ se hizo más grande, pero esto no impidió que fuese elegido como uno de los mejores jugadores del torneo. El tercer puesto del cuadro tulipán fue en gran medida gracias al juego de Robben, quien fue considerado entre los diez mejores futbolistas del torneo.
Un adiós en lo más alto
Philipp Lahm lo había ganado todo en su carrera con el Bayern Múnich, pero en el fondo sentía una deuda con su selección nacional: en diez años no había conseguido un título.
2014 parecía el momento idóneo para hacerlo. Alemania era el equipo favorito para levantar el trofeo de la FIFA, justo en el que sería el último Mundial del capitán germano. En las canchas brasileñas, Lahm inició el torneo como mediocentro, donde desempeñó un buen papel, pero Joachim Löw pronto lo regresó a su posición natural de lateral derecho siendo decisivo en el duelo de cuartos de final frente a Francia, las semifinales ante el anfitrión Brasil y en el duelo decisivo contra Argentina.
Pese a que la prensa y FIFA destacaron a Lahm como uno de los mejores del Mundial, el capitán desechó todo comentario que destacase algún logro individual.
“Tener o no a los mejores jugadores individuales da igual, lo que importa es el mejor equipo y lo hemos tenido”, afirmó tras levantar la Copa del Mundo.
No es de extrañarse de Lahm fuese considerado sin titubeos por Heynckes, Löw y Guardiola como su capitán y líder. Sólo alguien convencido de ganar podía guiar al Bayern y Alemania a la cima del mundo. Sebastian Koenigsbauer, ex compañero de Philipp, lo describe como alguien que odia perder. “Cuando perdíamos, le sentaba fatal y se ponía de muy mal humor”.
El liderazgo de Lahm hizo que Alemania recuperara el cetro mundial luego de 24 años. No podía ser alguien más quien capitaneara a la selección a ese sitio por vez primera desde la reunificación de 1990.
Después de levantar la Copa FIFA en Maracaná, Philipp Lahm dijo adiós a la selección, saldando con creces esa deuda que mantenía especialmente consigo mismo. Ganar la Bundesliga, la Pokal y el Mundial en un mismo año convierte 2014 en el mejor año de su carrera.
Manuel Neuer, el candado en la portería alemana
Ser considerado para el Balón de Oro de la FIFA es suficiente motivo para decir que Manuel Neuer tuvo un 2014 de ensueño. Además de ser el mejor portero de la Copa del Mundo, el guardamenta germano hoy tiene la posibilidad de vencer a Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, a quienes enfrentó en las canchas brasileñas y derrotó con claridad.
El portero se ha erigido como uno de los mejores en su posición. Neuer fue el portero menos goleado en la Bundesliga durante la campaña pasada y a la fecha es el portero que menos anotaciones ha recibido en la actual temporada, recibiendo únicamente cuatro goles.
La figura de Manuel se ha elevado como la espuma en los últimos meses. El mismo Joseph Blatter admitió que fue él quien debió ganar el galardón al mejor jugador del Mundial y no Messi, pues el meta fue fundamental para que su equipo estuviera en lo más alto del podio. Con su buen juego en el área grande mantuvo el peligro alejado de la red alemana en los duelos frente a Estados Unidos y Argelia, además de la final frente a Argentina. Por otra parte, sus atajadas valieron oro molido en los duelos ante Portugal, Francia y Brasil (a pesar del 7-1, Neuer sacó por lo menos tres de gol de los amazónicos); sólo encajó cuatro goles en los siete encuentros que disputó, un promedio de 0.57 anotaciones permitidas por encuentro.
Aunque luce complicado que el portero venza a los dos jugadores más mediáticos y espectaculares del mundo en la votación por el Balón de Oro, el reconocimiento a su labor ha llegado de varios colegas y entrenadores.
Marc Wilmots, seleccionador belga, es hasta ahora quien mejor ha descrito el año del guardameta de la selección alemana: “Ha hecho una temporada perfecta; lo ha ganado casi todo y es constante, realizando al mismo tiempo muchos progresos. Es el primero en activar el juego de su equipo… es el arquero moderno por excelencia”.
El año inolvidable de Neuer podría todavía entregar una sorpresa más a quien hoy por hoy es considerado el mejor portero del mundo. Pero de no darse, en su registro personal guardará el recuerdo de un 2014 mágico para las estrellas bávaras.