En la historia del futbol nos hemos encontrado con cracks, leyendas o unos petardos. Y justamente la vida de uno de estos últimos llegará a la pantalla para contar cómo cumplió su sueño sin saber patear el balón.
Carlos Henrique Raposo era su nombre y así como varios juanáticos, soñaba con derrochar talento en las canchas, pero con el pequeño inconveniente de que no tenía idea de cómo tratar al balón.
Eso no lo detuvo para cumplir su objetivo de llegar a un equipo profesional. Decidió cambiar su apodo al Kaiser como también le llamaban a Franz Beckenbauer. Así se vendió como la joya que todo el mundo esperaba. Eran los años 80, con todas las limitaciones que existían para observar jugadores, varios clubes se creyeron su choro y lo llevaron a su plantel.
Jugó en equipos como Vasco da Gama, Fluminense, entre otros de Brasil. Defendió los colores del Ajaccio donde alguna vez estuvo Memo Ochoa y también vino a robar a tierras mexas con el Puebla. Ya cuando lo veían en los entrenamientos sin dudar lo dejaban irse porque se daban cuenta del grave error al contratarlo.
No era para nada el crack que decía ser porque no tenía técnica ni instinto de delantero, tanto así que en 24 años que increíblemente duró su carrera no pudo meter ni un gol. Por su carisma y alegría que daba en el vestidor sus compañeros lo arropaban, esa fama le abrió las puertas como un ingrediente extra para que lo ficharan.
Él mismo cuenta cómo fingía lesiones para descansar por varios días, al no existir la tecnología avanzada en la medicina nadie se daba cuenta de sus engaños. Jugaba los amistosos, pero cuando llegaba el momento de los partidos oficiales, en los calentamientos se rifaba buenas actuaciones de dolor para quedarse en la banca… Sí Juanáticos, así es como se roba de verdad.
Raposo llegó a compartir vestidor con figuras como Romario o Bebeto, ellos mismos aceptan que aunque no tenía talento era una buena persona y les caía bien a todos. Así vivió del futbol durante mucho tiempo, nunca festejó un gol a pesar de ser delantero. Nadie puede discutirle que hizo todo por lograr su sueño de llegar al profesionalismo.
Su documental se dará a conocer en el próximo Festival de Tribeca en Brasil. Seguramente en algún momento llegue a nuestras tierras y podamos disfrutar de un filme que todo aquel que le gusta el futbol no se puede perder.