Por Chava Cid
Para muchos juanáticos es el mejor jugador del mundo. Para otros es un artista. Lo que sea, pero este futbolista brasileño nos enseñó lo que significa la magia en el futbol. Sin duda Ronaldinho ha sido y seguirá siendo un referente del balón y en nuestro país uno de los máximos ídolos de nivel internacional.
Un sueño hecho realidad fue que jugara en México con Querétaro. Lo hizo por poco tiempo, pero le bastó para llenar los estadios en que se paró, incluso consiguió que aficionados en el Azteca le aplaudieran de pie por la exhibición de talento y golazo que lució contra el América.
Ronaldinho tuvo su mejor momento en el Barcelona junto a Messi, Puyol y Márquez. Era un astro habilidoso y de extraordinaria técnica. Lamentablemente a Dinho le costó caro preferir la fiesta en vez de las canchas. Si no le hubiera dado tanta importancia a la parranda quizá lo hubiéramos disfrutado por muchos años más.
Su carrera profesional terminó donde empezó, en Brasil. Con Gremio dio sus primeros pasos y con Fluminense los últimos. Lo cierto es que donde se pare, juegue o no juegue, es querido por la afición futbolera. Y México no es la excepción.