La emergente Liga MX femenil resulta ser el escaparte perfecto para disfrutar un buen partido de futbol. Las chicas dan todo de sí, juegan por el orgullo de representar a su institución y lo más importante, lo hacen porque es el deporte que aman.
Me lancé a un Pumas Cruz Azul en cantera, la experiencia cuando llegas al lugar especial por si misma, cuando miras a las chicas calentando, divirtiéndose y las tribunas llenas de personas le dan un toque muy especial a este juego, en el que las Pumas se jugaban su pase a Liguilla.
El partido, lleno de intensidad, mostró a unas felinas poco atinadas y llenas de imprecisiones mientras las Azules que anotaron en el primer tiempo se mostraban sólidas y bastante dispuestas al sacrificio porque 15 minutos antes del final se quedaron con una jugadora menos.
Por más que intentaron las chicas del equipo universitario nada más no pudieron, ni siquiera lograron inquietar a la portera celeste que se canso de recibir balones a media altura y sin fuerza.
El partido finalizó con un 0-1 que complicó las aspiraciones de las Felinas de una calificación a la Liguilla.