Por Oscar Donis
Qué bonita es la recordar, más cuando son lindos momentos. En este caso nos trasladaremos hasta el 2014, sí, cuatro años atrás, precisamente en el Mundial pasado.
Luego de una eliminatoria de terror y de entrar de mero panzazo a la Copa del Mundo, la selección compartiría grupo con el anfitrión Brasil, Camerún y con Croacia. México empezó su participación de una manera aceptable ganándole 1-0 a los africanos; en el segundo partido Paco Memo se rifó a no más poder contra los brasileños, el Tri le sacó un empate a ceros al máximo candidato a ganar el torneo.
México con cuatro puntos -los mismos que Croacia- se jugaría la clasificación contra los balcánicos en un partido de el que gana pasa. Los croatas así lo entendieron y en conferencia de prensa un día antes del juego se dedicaron a tratar de intimidar a los mexicanos con declaraciones bastante arrogantes.
Los mexicanos tomaron las cosas con calma y se dedicaron a jugar en lugar de hablar. Los nacionales se rifaron un partidazo que dejó con la boca más que cerrada a los croatas que tuvieron que irse temprano a su casa.
En el primer tiempo aunque hubo llegadas importantes se mantuvo el 0-0. Tuvieron que pasar, balones al poste, salvadas de los dos puertas, un penal que no se marcó en contra de Croacia y 27 minutos de la segunda mitad para que por fin Rafita Márquez abriera el marcador, lo demás ya es historia, una gran historia para lo mexas.
Los croatas fueron la personificación del dicho: cae más rápido un hablador que un cojo. Aunque no se puede generalizar, porque Rakitic se portó como un caballero, al igual que en la última conferencia de prensa diciendo que México es de los mejores del mundo.