Marco Antonio Rodríguez pudo no haberse convertido en el histórico árbitro mexicano que silbó en tres Copas del Mundo, pues hace unos años estuvo a punto de perder la vida. Aquí la historia que contó en entrevista con la periodista Adela Micha:
“En un pueblo que se llama Pochochitlán, fui a dirigir en una ranchería. Fue un partido duro y al final, ganó el equipo de fuera.
Yo pensaba que todo había terminado con honestidad y para evitar que se pensara mal, me fui caminando para irme por mi lado, pero la gente del equipo de visita me decía ‘Árbitro, véngase con nosotros, lo van a matar’. Yo no entendía el por qué y me negaba… ‘Véngase con nosotros, esto no va a quedarse así’.
Pero yo seguía sin entender el asunto, aún así me fui con ellos, en un camión de redilas. De repente se empiezan a escuchar golpazos… ¡Nos estaban aventando piedras, que digo piedras ¡pedradones! Jugadores y árbitro nos tapamos con las maletas y las tablas. Sólo oía lamentos. Desde el cerro, la gente del pueblo nos atacaba a pedradas.”