James Conner actual jugador de los Pittsburgh Steelers, nació el 5 de mayo de 1995, desde su trayectoria en la preparatoria empezó a destacar en su entonces escuela: McDowell High School de Millcreek Township, para la universidad, Conner eligió jugar para el equipo negro y oro de la Universiad de Pittsburgh. Ya dentro de la universidad empezó a destacar por sus números que fueron al rededor de 4.145 yardas y 56 touchdowns, todo iba bien para Conner hasta que el primer partido de la temporada de la NCAA en el año 2015 sufrió una lesión que lo alejó de los partidos, pues se rompió el ligamento colateral medial de su rodilla y mediante su recuperación le llegaron peores noticias, pues le habían detectado cáncer, un cáncer llamado Linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer que limita al cuerpo para combatir infecciones. Pero Conner no decidió rendirse, el dijo que volvería a jugar fútbol americano, eligió luchar contra el cáncer, después de 12 ciclos de quimioterapia logró desaparecer el cáncer de su cuerpo en 2016 y cumplió lo que dijo que haría: “volver a jugar fútbol americano”, y no solo hizo eso pues tuvo una temporada destacada ya que sumó sumó casi 1.400 yardas y 20 touchdowns en su última temporada en la Universidad de Pittsburgh. Gracias a su increíble forma en la que estaba, se colocó como elegible del Draft de 2017. En el Draft, los Acereros de Pittsburgh lo seleccionaron en la tercera ronda del Draft. Conner había sido seleccionado por el equipo para el que él quería jugar, pues era el equipo de la ciudad que ama. Ahora en segunda temporada con los Steelers, con la salida del corredor estrella del equipo ( Le’Veon Bell ), Conner tuvo que tratar de tapar el hueco que dejó pero superó las expectativas y tuvo una increíble temporada que lo colocó en el Pro Bowl del 2019. Conner es un ejemplo de superación pues la NFL ha catalogado su historia como “Una de las mejores historias que ha dado el fútbol americano colegial”.
