Por Felix Recillas
La pregunta es directa, juanáticos, ¿después del Mundial tendremos porteros de calidad?
Para Alemania 2006, el segundo portero era un jugador de buen nivel y buena edad que sería el perfecto recambio para el siguiente Mundial, el tercer portero era un jugador muy joven con una carrera muy prometedora. Ahora, para Rusia 2018, tenemos que el segundo portero tiene 37 años y el tercero tiene 35 años.
¿Y los procesos? ¿Ningún joven empuja lo suficiente para estar ahí? Muchos me dirán que hay gente como González, Lajúd y Jiménez pero no podemos negar que aunque parezcan tener un futuro brillante, es una realidad que no han tenido los minutos que necesitan para ser los recambios de Selección Nacional; Lajud no tiene ni dos años siendo regular en Primera División y ya genera muchas dudas, mismo caso de Hugo González que incluso ya se habla de su salida en Monterrey. Jiménez ni se diga, sale Cota de Chivas y tiene la oportunidad de titular pero no se para de hablar de que Chivas reforzaría la portería cerrándole la puerta al canterano.
Del único que nos podríamos fiar es de Gudiño, y eso si se rifa como los grandes y lograra hacerse de la titular del Porto. Los días pasan, y aún no encuentra un lugar donde empezar a tomar nivel profesional continuo.
Si bien para el Mundial de 2022 no habrá problemas teniendo a Cota con 34 años y Ochoa con 37 años pero, ¿qué pasará para 2026? Hoy no hay arqueros jóvenes prometedores que estén siguiendo un proceso y pasamos de ser un México cuna de porteros con Jorge Campos siendo el tercer mejor portero del mundo a ser un país carente de procesos y sin porteros de calidad.
Lejos quedarán aquellos días donde nos encomendábamos a esos vuelos de Campos o las magistrales atajadas de San Oswaldo.