Fue en 2003. Darío Verón jugaba en el Cobreloa chileno. Los octavos de final de la Copa Libertadores lo pusieron frente a Pumas. Al llegar a Ciudad Universitaria pensó en la idea. Cuando acabó el partido ya lo tenía claro: esa sería su nueva casa. Después hubo ofertas del América. Él nunca hubiera aceptado.
“Seguramente sí hubo, pero luego tuve muchas ofertas más en el futbol mexicano, pero no cambio al equipo, porque Pumas para mí es todo y no me cambio por dinero.”, asegura al ser cuestionado por la intención del América para llevarlo a sus filas.
Sobre el enfrentamiento ante Las Águilas considera que será “de ida y vuelta”. Para los suyos lo más importante es “conservar el orden”.
Cuenta que el día que conoció Ciudad Universitaria “casi lloré de alegría”. Nunca había estado en una cancha con tanta gente. Mucho menos en un ambiente similar. Su carrera la inició en el 12 de Octubre paraguayo, “iban a apoyarnos de dos mil a cuatro mil (personas)”.
Después del 12 de Octubre pasó al Cobreloa. Ahí pudo enfrentar al Club Universidad. Cuando conoció CU “decidí ser la figura y cuando terminó el partido ya sabía que sería jugador de Pumas”.
Se enamoró del equipo y planea terminar ahí su carrera. Da igual a qué oncena enfrente. “Siempre es favorito. Es una institución grande que siempre tiene que luchar por el campeonato”, sentencia.