No fue el día de Diego Costa. A diferencia de los partidos contra Portugal e Irán, el delantero no estuvo fino. Falló un par de oportunidades y fue poco participativo dentro del área, aunque hay que decirlo: España se olvidó de su centro delantero. A pesar de que quiso jugar, sus compañeros se fueron por la fácil y se robaron su posición.
El primer tiempo fue más que discreto para un Costa que resaltó por no brillar. Tuvieron que pasar 20 minutos para que el Lagarto recordara que estaba en el campo y otros 10 para que España también se diera cuenta de eso. Más allá de un par de pases en el tiki taka y el intento de pared en el gol de Isco, Costa dedicó su cuerpo y alma durante media hora a ver pasar el balón y meter una que otra rebanada.
Le tomó el primer tiempo para que volviera a su posición y, a pesar de que no pudo concretar el medio gol que le puso Iniesta, Costa demostró que venía para romperla en el segundo tiempo y en un principio lo hizo, presionó para ser el Killer que tanto necesitaban.
Pero salió al 73' por Iago Aspas. De todos modos no se le puede culpar por el empate, o por no anotar.