Y la piscina de “aguas verdes” (la fosa de clavados en Río, pues) sigue dando lata. Esta vez, a los organizadores no les quedó de otra y tuvieron que cerrarla, pues los atletas comenzaron a percibir olores dignos del metro capitalino a las 8 de la mañana.
Con todo y que la FINA ya había explicado que la coloración verde era a causa de la falta de un químico que se usa para tratar el agua pero esto no representaba un riesgo para la salud de los deportistas, Mario Andrada, vocero del Comité Organizador de los Juegos, anunció que la fosa quedará cerrada
¡Santo remedio, Batman!