Claro. Honesto. Sin rodeos. Javier Hernández volvió a hablar con un medio mexicano. No lo había hecho porque sentía que no debía darle explicaciones a la prensa de su país, crítica con su juego y sus formas. “Dolido, dolido por las críticas… no, no me quitan el sueño, yo no juego futbol para que a la gente de los medios de comunicación les guste o no. Lo hago para que a mi entrenador le guste”, sentencia con la transparencia que lo caracteriza.
Chicharito habló del peor defecto de la cultura mexicana. “Es un mal muy marcado en el medio y en la cultura mexicana. Cuando se le critica a un mexicano, es el trabajo. Cuando le va bien no queremos verle bien porque queremos ser objetivos, es una incongruencia en nuestro país. Comparado con el resto de los países del mundo, ese es nuestro peor defecto, la envidia, somos envidiosos y eso también se ve en los medios de comunicación”.
No está equivocado. Chicharito tienen tantos defensores como enemigos. En ocasiones se siente incómodo hasta en la Selección Mexicana, sin embargo, entiende el porqué de la presa, el porqué de los ataques. “Soy extranjero estando en Alemania, pero hubo muchas veces que me sentía extranjero en mi propia Selección, es algo muy difícil… lamentablemente la prensa vende l que la gente compra, y la gente quiere ver o ídolos o fracasados, no hay términos medios”.