Por Llanely Rangel
'La Gárgola', así apodaban los hermanos Charlyn y George Corral a la vecina que hizo crecer los muros de su casa para evitar la ya gastada escena de devolverles el balón. No era una medida exagerada. Había una guerra entre esos dos pequeños cuando se trataba de la pelota; complicidad si se convertían en mancuerna de ataque. Quién diría que esa vecina de Ecatepec evitaba ver la cara de dos grandes talentos.
Aquello sólo era el preámbulo del éxito. “Número tres”, gritaba en clave su padre sentado en la grada de Pumitas. Enseguida, George, con apenas cinco años, conseguía hacerse de la pelota en el centro del campo; mientras que Charlyn, un año menor, corría con la rapidez para posicionarse en el segundo poste. Al final, el mayor de los Corral mandaba un pase exacto que la niña prodigio remataba de cabeza para convertir en gol.
Nueve años después, Charlyn cosechaba elogios mundiales y George la superaba en ingresos. Ella peleaba por más opciones para el futbol femenil y él se enfrentaba a la alta demanda del varonil. Ambos, compartían las alegrías y sinsabores del balompié sin distinción de género.
Hoy, los hermanos Corral ya no piden la pelota a sus vecinos. Gracias a su éxito 'la Gargola' se los encuentra en los diarios, en la radio, en la televisión. Se han convertido en los primeros hermanos, hombre y mujer, convocados por la Selección Nacional. Pero sobre todo pueden presumir que la competitividad profesional los ha hecho admirarse, construir una amistad estrecha, y contrario a lo que se podía esperar, el balón, el único objeto que de pequeños podía convertirlos en rivales los ha unido.
¿Cómo influyó George en la vida de Charlyn Corral?
A mí no me gustaba realmente el futbol. Yo siempre quería hacer lo que hacía mi hermano. Cuando era pequeña lloraba, no quería jugar, George y mi papá me animaban. Al final, con tal de andar con mi hermano iba y venía a los entrenamientos. Recuerdo que cuando él cumplió ocho años nos separaron de categoría, entonces yo pregunté ¿y ahora quién va a meter los goles? y él me respondió ‘tú, tú puedes, llévatelos a todos’ y entonces me cambió el switch, me di cuenta que era buena, que el futbol me abría muchas puertas e inicié en el mismo camino. Incluso después, cuando jugábamos juntos, se invirtieron los papeles. Yo era la goleadora adelante y él el creativo.
¿Cuándo se separan sus caminos?, ¿cuándo Charlyn y George se dan cuenta que no pueden seguir jugando juntos, que hay diferencias muy marcadas entre el futbol femenil y varonil?
A los 10 años mi hermano hizo pruebas para el club Pumas, lo aceptaron y cuando yo pedí permiso para entrenar con ellos la respuesta fue no. Ahí empecé a sentirme un poquito frustrada, pero él me daba ánimos, entonces encontré la escuela de futbol femenil Andrea´s Soccer y, como él, me puse a trabajar con todo.
Después de jugar y competir con hombres el carácter de Charlyn se moldeó fuerte. George siempre mostró una personalidad sensible y tranquila. El patio de su casa ubicada en Venta de Carpio, Ecatepec, era testigo. Ellos tenían una portería que incluía penitencia, pues debajo de ella había una pequeña barda así que si no tenías puntería, el balón te rebotaba. En una ocasión uno de los tiros de George golpeó a Charlyn, al instante corrió temeroso, ella quería tundirlo a golpes. Sus padres llegaron a tiempo para detenerla pero esa era un escena de dominio femenil era común en la casa de los Corral.
A la primera a la que le llegó el éxito fue a Charlyn. En 2003 ya era considerada una de las mayores promesas del futbol femenil en México. Contrario a ello, George pasaba por uno de los momentos más tristes en su carrera, Pumas le daba las gracias. ¿Cómo manejaron ese tipo de situaciones tan contrastantes?
Cuando éramos pequeños nos peleábamos a puñetazos por una jugada o por ganar, pero mis padres terminaron de tajo con esas diferencias. Hablaban mucho con nosotros. Yo era consciente de que para él era más difícil porque nunca faltaba el comentario de “ah, ella juega mejor que tú y es mujer” o comparaciones, pero siempre nos apoyamos en momentos malos y buenos, entonces nos dimos cuenta de que no había diferencia entre ser hombre o mujer, para los dos fue igual de difícil sobresalir en el deporte. Aún recuerdo que cuando yo recibí mi primera beca de 1,000 pesos, la compartí con la familia, y así lo hace él -aunque triplique mi salario y yo quizá nunca pueda aspirar a recibir lo mismo- lo comparte con nosotros.
Cuando George iba a debutar con la Selección Mexicana. ¿Qué consejo le dio Charlyn, seleccionada nacional desde los 13 años, reconocida en 2006 como 'Niña Prodigio del Futbol Mundial'?
Le dije que recordara todo lo que trabajó para obtener esa oportunidad. Al final una de sus virtudes, a diferencia de mí, es que disfruta más y se preocupa menos. Como él mismo lo dijo, este es nuestro sueño desde niños, él en algún momento se desesperó veía muy lejana está oportunidad de convocatoria, pero le llegó en este momento y ahora siente que era justo en el que le tenía que llegar, era el momento indicado.
Esa es la historia de dos hermanos que siguen el mismo camino. “A pesar de todo, somos muy diferentes. A George le gusta el Shopping y a mí no”, aclara entre risas Charlyn. Y sí, son muy diferentes pero siempre tendrán en común aquello que en algún momento los pudo separar, su amor por el futbol.