La Máquina vive una temporada de cuento de hadas, la dupla Peláez-Caixinha les está redituando bastante ganadora, pero a pesar de los buenos resultados en la cancha, su estigma de mala suerte sigue empañándolos y aquí hay cinco casos que lo demuestran:
Se mudaron al azteca
De lo peor que le podía pasar a Cruz Azul era mudarse a la casa de su acérrimo rival, porque no solo han tenido algunos problemillas por patrocinios, también han tenido que aguantar que todos los días les recuerden que están de arrimados en la casa del América.
Pidieron cambiar el pasto
Con la idea de tener una cancha de primer mundo en su nueva casa, pidieron el cambio del pasto del Azteca. Su brillante idea lleva meses siendo una pesadilla; entre errores, conciertos y lluvias, no se ve cuándo esa cancha deje de ser un potrero.
No le ganan al América
Marcador Final pic.twitter.com/MILaT7VRHE
— Club América (@ClubAmerica) October 28, 2018
Aunque cambiaron de sede y ya recibieron como “locales” a las Águilas, los cementeros no logran encontrar el triunfo ante los de Coapa, que sin importar en qué cancha los enfrenten, siguen alargando su paternidad.
CANCELAN JUEGO DE LA NFL
El partido entre los Chiefs y Rams se moverá a Los Ángeles por las condiciones del campo del Estadio Azteca #NFLMX
Más información aquí:https://t.co/p3ysj7FYnP pic.twitter.com/opTCme1G1MPUBLICIDAD— NFL México (@nflmx) November 13, 2018
Por si fuera poco, la NFL tenía dos años seguidos trayendo un partido de temporada regular a la cancha del Azteca y justo ahora que Cruz Azul regresa, la fiesta se cancela una semana antes.
FALLECE DON MELQUIADES
En el @EstadioAzteca lamentamos profundamente la pérdida de nuestro compañero y amigo, Melquiades Sánchez Orozco y extendemos nuestras condolencias a sus familiares y seres queridos. Descanse en Paz ???? pic.twitter.com/vw8PThkjX6
— Estadio Azteca (@EstadioAzteca) November 5, 2018
Lo peor que podía pasar en la llegada de la Máquina ocurrió hace poco, el Azteca se quedó sin voz, Don Melquiades Sánchez Orozco se nos adelantó en el camino y terminó con una historia de 52 años siendo testigo de incontables historias el Coloso de Santa Úrsula.