Las noches mágicas de la Copa MX volvieron a hacer de las suyas, vivimos un partido que nos dejó al filo del asiento. Pachuca recibió a Monterrey en el estadio Hidalgo, los Tuzos habían eliminado a Tigres y buscaban despacharse al otro regio. Rayados venía de superar al Querétaro en fecha FIFA, pero con demasiadas bajas. Un partido no apto para cardiacos y que dejó como figura al portero regio.
El Huracán tenía una buena entrada y la sed de revancha de la última final entre ambos equipos seguía latente. Tuvimos la fortuna de disfrutar de seis goles, Monterrey se quedó sin un hombre y Pachuca no pudo aprovechar, pero no por ellos sino por un individuo en particular.
El argentino se puso el overol, se rifo grandes vuelos y tremendas atajadas, le llovíeron y en serio las piedras en el rancho. El portero mantuvo la ventaja para los visitantes el mayor tiempo que pudo, pero no contaba con Chaco y su gol “A lo Pachuca”, que llevaría a definir todo en los penales.
En los penales la cosa se veía pareja y era difícil asegurar quién ganaría. La tanda estaba empatada, tres anotaciones por lado, tocó el turno a Víctor de cobrar el quinto de los Tuzos. Pocho hizo varias pausas antes de contactar el balón, JuanPi aguantó y se convirtió en el héroe y figura del partido al atajar el penal de Guzman, para que después Gallardo hiciera lo suyo, venciera al Conejo y diera el pase a la final a los de la Sultana del Norte.