Se puso el traje de crack, se cargó a la selección en los hombros y decidió que Corea del Sur no representaría peligro como para dificultar el pase de los mexicanos a los octavos de final.
Los intentos de ataque deben pasar por él si o sí, sin embargo los coreanos buscaron limitarlo al inicio del juego porque sabían que era el jugador que podía hacerles daño.
Las patadas, los empujones y hasta los jalones de playera fueron las medidas que utilizaron para poder detenerlo. Cada que tomaba el balón le caían dos o tres coreanos.
Pero no sólo se dedicó al ataque. Cuando él o alguno de los mexas perdía el balón y Cracklitos tenía bajaba a recuperarlo, corría detrás de los coreanos hasta que el balón estaba en sus pies o en los de sus compañeros.
Su insistencia y la de sus compañeros se vio recompensada en un penal provocado por un centro de Guardado. Vela se perfiló y con mucha calma lo cobró de manera perfecta. Un festejo que terminó con los ojos al cielo, hacia su abuelo.
#VamosConTodo
¡GOOOOOOL DE #MEX! Carlitos Vela cobró perfecto el penal para abrir el marcador
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El gol le dio más confianza, comenzó a encarar a los coreanos, a esconderles el balón y tratar de provocarlos. No había jugada peligrosa que no comenzara desde sus pies. El verdadero motor de la Selección Mexicana.
La segunda parte parecía la misma tónica, los coreanos a las patadas y Carlos sin cansarse de buscar generar más peligro para el portero asiático. La diferencia es que ahora aprovechó cualquier oportunidad para disparar a portería desde fuera del área.
Para la Hiena 76 minutos fueron suficientes y así como en el juego contra Alemania, le dieron descanso. Gran juego de parte del mexa, el mejor del Tri.