Por Rubén Buenrostro
Amiguitos hoy en su afamada sección de sueños guajiros, toca el turno de este par de cracks. Por un lado tenemos al todo terreno y la joyita del renacimiento: el señorón Da Vinci, y, del otro lado del charco, tenemos al bigotón más controversial del siglo XX: El Sr La Volpe.
La cosa no termina ahí mis niños, solo imagínense una tarde de invierno con este par de pibes degustando un buen expresso en el café más nice de la ciudad. Suena loco e irreal pero alguien lo tenia que visualizar y quizá estarían sentaditos hablando de futbol o intercambiando tips sobre cómo mantener un bigote más abundante y sedoso, en fin. Una cosa es segura, la plática podría ser de todo menos aburrida.
La cosa empezaría mas o menos así:
-Amigo ven te invito una copa
-No bebo, gracias
-No tomas, bien, te invito un cafe
Bueno…
Y entonces, la magia se daría en el intercambio de ideas box to box que se harían; pues son un par de genios inventores, prácticamente todo se les debe a ellos. ¿Cuáles serían esos temas?
La Mona Lisa
Con la humildad que caracteriza al bigotón seguramente se la pasaría criticando la pintura, que si le falta más bigote, que con una corbatita de dragones rifaría más; nada que una frase matona de Da Vinci no regrese las cosas a su lugar.
Escuela Lavolpista
Para seguir inflándose cual pavo real, aprovecharía el momento para presumirle al divo del renacimiento la influencia que ha tenido sobre sus pupilos que ha dirigido, además de recalcarle que también fue un gran portero es sus años mozos.
EL COMPÁS
Sabelotodo de nacimiento, nuestro héroe del renacimiento se desbordaría en elogios hacia uno de sus más distinguidos inventos, aquí si el bigotón tendría muy poco que debatirle porque hasta para las tareas de sus chavos es indispensable. Y no, esto no lo inventó La Volpe.
BICICLETA
La hora sad para mi querido Da Vinci, cambiaría el cafecito por una buena chela, lloraría al recordar, que, a pesar de sus bocetos sobre un vehículo con pedales y dos ruedas, la patente se le atribuyó a otro inventor. La Volpe simplemente jugaría con sus sentimientos y le recordaría que el futbol se jugaría mejor si fuesen 10 vs 10. ¡Apúntale maestro!
JORGE CAMPOS EL BRODY
¡Tómala papá! Pocos mortales pueden presumir de conocer a esta leyenda, no conforme con eso, lo hizo su auxiliar técnico cuando dirigió a la Selección Mexicana. Ni la mejor filosofía puede con esta anécdota del bigotón.
¿Y vos cuántos Jorge Campos tenés, Da Vinci?