Nueva etapa en el Real Madrid. Adiós a la diplomacia y al saber estar de Carlo Ancelotti y bienvenida al método hecho entrenador con Rafa Benítez. El décimo entrenador de la era Florentino Pérez se estrenará como tal en la mañana del miércoles, aunque ya lleva ejerciendo desde el lunes a las doce de la mañana, justo cuando aterrizó en Madrid procedente de Nápoles.
Sus primeras 48 horas como entrenador del Real Madrid se las ha pasado encerrado en Valdebebas. Del aeropuerto, a la Ciudad Deportiva. Y allí a estudiar al detalle las instalaciones del club blanco. Sólo salió para cerrar el acuerdo como técnico blanco y para cenar con Florentino Pérez. Así es el nuevo técnico del Real Madrid: un auténtico obseso del trabajo.
Su primera misión es doble. Por un lado confeccionar una plantilla más equilibrada y para eso parece que no cuenta con jugadores como Coentrao, Arbeloa o el ya finiquitado Chicharito Hernández. Hay tiempo y las salidas traerán de la mano a nuevos jugadores. El primero en llegar puede ser David de Gea, fichaje al que ha dado su OK.
El segundo cometido es el de recuperar el control del vestuario. Según le dijo Florentino Pérez a Ancelotti, Ramos y Ronaldo habían tomado el control del vestuario, algo que el italiano no comparte bajo ningún concepto. Benítez, tal y como le dijo el presidente, debe volver a imponer la jerarquía de mando y pronto.
Lo que ha conseguido Benítez sin todavía vestirse de blanco es revertir la corriente popular contraria que existía a su llegada. Ha sido llegar, aparecer por Madrid y ganarse la simpatía de los madridistas, que parecen mirar con mejores ojos a un buen entrenador, campeón de Europa y que vive por y para el fútbol.
