¿Hasta cuándo seguirá esto? Otra vez el fantasma del racismo apareció en una cancha de futbol este fin de semana: la víctima fue el brasileño Everton Luiz, jugador del Partizán de Belgrado.
Durante el partido contra el Rad, los aficionados de ese equipo hicieron sonidos de mono cada vez que el jugador tocaba el balón. Lo peor ocurrió cerca del final, cuando desplegaron una pancarta con un mensaje de odio.
Por supuesto, esto fue demasiado para Everton Luiz, quien se hartó y les levantó el dedo medio. Los jugadores contrarios se le fueron encima por esto (sí, prefirieron hacer eso que buscar parar los insultos de su público).
El brasileño abandonó la cancha llorando. ¡Se pasaron! El racismo debe desaparecer del futbol y del mundo.