Barcelona se quedó sin fiesta. Aquella noche del 17 de mayo, cuando el Atlético de Madrid se robó la ilusión de los blaugranas para conseguir algo más que la Supercopa de España este año, todo estaba preparado para que los locales celebraran el título de Liga y al no ocurrir, la fiesta quedó en suspenso.
Por más absurdo que parezca, Barcelona no quiere quedarse con el confeti y los globos guardados, la inversión hecha para el festejo espera ser recuperada con la venta de estos elementos al Eibar, equipo que celebrará el ascenso histórico a la Primera división.