La violencia alcanza al periodismo deportivo. Hasta ahora, conocíamos de terribles historias de comunicadores amenazados, desaparecidos y asesinados por ejercer la profesión que eligieron, pero el ámbito deportivo se mantenía apartado de los atentados. Este lunes sabemos que el Rasim Aliyev, periodista independiente de Azerbaiyán, fue asesinado a golpes después de criticar el comportamiento de un futbolista.
De acuerdo con la Asociación Europea de Periodistas, el 30 de julio, Aliyev criticó la actitud de Javid Huseynov, centrocampista del Qabala FK, durante un encuentro por la UEFA Europa League ante el Apollon de Chipre. Cuando al finalizar el encuentro, el futbolista mostró una bandera de Turquía, gesto que fue observado como muestra de apoyo a la causa de los turcos que reclaman una parte del territorio de Chipre.
Ante este hecho, el periodista publicó en Facebook que no quería que: “alguien inmoral, impertinente e incapaz de controlarse a sí mismo me represente en encuentros europeos”. Además de una discusión en la red social, a este hecho le siguió una llamada telefónica de quien dijo ser primo del jugador, sujeto que le gritó e insulto, para después invitarlo a tomar un té y conversar. Rasim Aliyev acudió, pero la cita empezó con un ataque a golpes por cinco hombres, más el supuesto primo, y concluyó con su muerte en hospital.
“Fui solo. Eran cinco o seis hombres e inmediatamente se lanzaron sobre mí para golpearme”, declaró el periodista y fotógrafo.
La Asociación Europea de Periodistas y la Federación Internacional de Periodistas han comunicado su repudio a este acto: “El clima de impunidad por los actos violentos en contra de periodistas y defensores de derechos humanos en Azerbaiyán podrían empoderar a algunos individuos para cometer crímenes graves sin ser castigados. Los periodistas, como cualquier ciudadano en Azerbaiyán, deben ser libres para compartir sus comentarios personales en redes sociales sin temer a las amenazas. El país debe también parar la permanente persecución a los periodistas y liberarlos para evitar las tensiones actuales”.
Amnistía Internacional también manifestó su posición y exigió le den el seguimiento adecuado al caso: “La libertad de expresión en Azerbaiyán está en terapia intensiva. Las autoridades necesitan actuar ahora y efectivamente proteger a los periodistas del riesgo, si esa libertad se está extinguiendo”.