No todo salió como esperábamos, vimos a los mexas en acción, pero como siempre, Raúl se llevó los reflectores por jugar 87 minutos con los Wolves. Tuvo una participación discreta, pero con unos cuantos destellos de vez en cuando.
Demostró lo mismo de cada partido, sacrificio y esfuerzo a la hora de buscar cada balón para poder atacar. Oportunidades no le faltaron, se quedó con las ganas de gritar gol, las tres más claras del partido pasaron por sus pies.
El primer intento fallido fue al 42, justo antes de ir a descansar encontró un rebote en el área del West Ham y entre su indecisión le pegó de tres dedos, la puso a ladito del poste. Ya en el segundo tiempo, al 72' soltó un riflazo que Fabianski logró tapar.
Antes de salir se comió una del tamaño del estadio. Entró solo , todo era cuestión de empujar, pero se achicharó, se enredó con sus pies y desperdició la oportunidad. Rúben Vinagre entró en su lugar para jugar tres minutos e intentar cambiar el marcador, algo que ocurrió, pero cortesía de Adama Traoré en el último minuto y así hundir al West Ham.