Por Gerardo Gómez
EN RÍO, LA SELECCIÓN BRASILEÑA GANÓ EL ÚNICO TORNEO INTERNACIONAL QUE LE FALTABA
En los Juegos Olímpicos de 2016, el Maracaná volvió a ser protagonista de una final, pero ahora con un desenlace distinto, disipando los fantasmas de 1950 y del 2014. Brasil conquistaba por primera vez en su historia el oro en futbol.
Para esa cita, brasileños y alemanes, quienes disputaban el oro, nunca lo habían conseguido. Brasil solo había obtenido tres platas y dos bronces, mientras que Alemania había conquistado el bronce en dos ocasiones.
Neymar abrió el marcador al minuto 27, tras un tiro libre que superó el lance del portero. Este gol hizo emocionar al público brasileño que estaba deseoso de conquistar la presea dorada. Pero esto no fue fácil, Alemania presionó y provocó que la 'verdeamarelha' se echara para atrás, los teutones tuvieron tres remates que pegaron en los postes, poniendo nervioso a todo el Maracaná.
El gol de Neymar que de momento le da la medalla de #oro en #Rio2016 || pic.twitter.com/cGYfMbTSh3
PUBLICIDAD— The Mister (@TheMisterSB21) August 20, 2016
Los europeos no bajaron los brazos y al 59', empataron el marcador por obra de Max Meyer tras un centro por la banda derecha. Nuevamente, los sudamericanos se fueron al frente en busca del gol, y a pesar de que dominaron el resto del partido, no tuvieron efectividad. Se fueron a tiempos extra donde no se hicieron daño y por más que Brasil buscaba opciones, Alemania parecía esperar a los penaltis, cosa que sucedió.
#JuegosOlimpicos #Rio2016#Alemania le empata la final a #Brasil con el gol de #Meyer pic.twitter.com/nitdrhDvls
— Javier #PRY (@579340a40095459) August 20, 2016
En la tanda de penales, los cuatro primeros tiros de cada selección fueron gol. Los héroes serían brasileños, Wéverton, el portero de la 'verdeamarelha', detuvo el último disparo de los alemanes y dejó todo en los pies de Neymar. El crack brasileño besó el balón, lo acomodó en el punto penal, dio algunos pasos para tomar impulso y al sonar el silbato, se encarreró para realizar un efectivo disparo al otro lado del portero alemán.
Aquella noche del 20 de agosto, el mítico estadio estalló en gritos de celebración y Neymar salió corriendo conmovido hasta las lágrimas, se hincó y miró al cielo, mientras iban llegando sus compañeros para abrazarlo. De esta manera, sepultaron el 'Maracanazo' o por lo menos lo olvidaron para celebrar la histórica medalla.