Por Alejandro Miranda
Son los mejores para mí. Uno favorito en el futbol, otro en el americano. Es cierto que los Delfines no causan gran revuelo, pero tienen mucho más historia que otros equipos. Se han caracterizado por tener crisis a largo plazo. No encuentran un equipo estable y suelen pasar mucho tiempo sin entrar en playoffs, peeeeeeero, aquí una lista de razones para que los Dolphings vengan a jugar a nuestro país.
1. La ilusión que provocan
Temporada tras temporada es lo mismo, siempre salen con una cosa y luego con otra. Entusiasman con las mejores contrataciones, pero todo se cae de última hora. Todo en ellos está intacto hasta esos trágicos momentos donde efectivamente el equipo falla y se va con la derrota.
2. La lealtad
Siempre están ahí. Llueva, truene o haga un calor del demonio, como sea, sus fans son fieles para apoyar en todo instante. Exigen y piden resultados, como en todos lados. Poco les importa la sequía de títulos o de no avanzar a rondas importantes, porque año tras año se renueva la esperanza de un mejor panorama y eso los caracteriza. A México vendrían muchos seguidores por la cercanía con Miami.
3. Inician bien, pero…
La verdad, aunque duela. Uno como aficionado al Azul y a los Delfines sabe lo que se siente. Todo se convierte en un ciclo repetitivo: los resultados en las primeras semanas son positivos hasta que llega el momento en que todo el potencial desaparece y se esfuma la temporada sin logros. Así de cruel es esto. O sea que, si los traen a México, que sea a principios de temporada.
4. sin ser protagonistas
Los Delfines llevaban años sin entrar a playoff, hasta que en 2016, después de ocho años sin saber lo que se sentía, lo lograron. Necesitan venir al Azteca para llegar al Super Bowl.
5. Sequía de títulos
Miami tiene 42 años sin ganar un Vince Lombardi. Cada 365 días esperamos verlos en el Super Bowl y al final no llegan, pero no importa, somos fieles seguidores y queremos que vengan a México.
6. Carecen de un crack
Dan Marino es el máximo ídolo en la historia de los Dolphins. Desde que se retiró, no han podido encontrar jugadores que lo igualen o que se hagan respetar y sentir amor por el escudo.