Por Mario Grimaldo
5.- Sus entrenadores
Héctor Cúper, entrenador argentino de la selección egipcia, tiene basta experiencia en el futbol europeo. Dirigió equipos como Mallorca, Betis, Inter de Milán. Llego a la cumbre con el Valencia, al salir subcampeón de la Champions League.
Ricardo Gareca, entrenador argentino -sí, otro argentino- ha dirigido cualquier variedad de equipos en Sudamérica. Es ídolo en el Talleres de Córdoba y campeón de liga con Vélez Sarsfield. Ahora los dos entrenadores regresaron a sus respectivas selecciones a un mundial después de largas ausencias. ¡Al fin!
4.- Nivel de juego
Los egipcios tuvieron una eliminatoria regular y se rifaron en el último partido, el gol para conseguir el pase al mundial fue ¡en tiempo de compensación! Una clasificatoria de forma épica.
Por otra, los peruanos tuvieron una proceso eliminatorio muy complicado, vinieron de menos a más, subieron su nivel de juego y pasaron de ser octavos a quintos. Lo hizo en la eliminatoria más difícil del mundo. ¡Aguas con Perú!
3.- Jugadores determinantes
Por parte de los faraones, tienen a jugadores desequilibrantes como Mohamed Salah -líder de goleo en la Premier League- y Ramadan Sobhi; otros como Elneny que recupera y distribuye el balón. Los incas no se quedan atrás, con killers como Ruidíaz, Paolo Guerrero, la foquita Farfán y al jugador “pensante”, Christian Cuevitas. Son jugadores que pueden cambiar un partido en cualquier momento.
2.- La figura
El gran Mohamed Salah, es sin duda, el jugador diferente de Egipto. Regate, visión, desborde y gol. Un fuera de serie. Tuvo cuatro goles en los últimos cuatro partidos eliminatorios, no se achica en panoramas complicados.
Los peruanos tiene a Paolo Guerrero como su estandarte, el veterano ha sido vital para su regreso al mundial, anotó cinco goles en el proceso, fue el autor de la anotación para el repechaje y el líder goleador del equipo. ¡Cracks!
1.- La ilusión de volver a un mundial
Los dos selecciones tienen algo en común, el regreso tan ansiado a un mundial. Los dos tienen lo suficiente para dar batalla y convertirse en la gran sorpresa del campeonato, en el futbol nunca puedes descartar nada. La ilusión muere al último.