Este fue el caso de Carlos Henrique Raposo, mejor conocido como Carlos “Kaiser”, quien gracias a su talento para mentir y su inteligencia se fue haciendo de una carrera tan sorprendente que ninguna de las personas se cuestionó a lo largo de su carrera como es que no había logrado concretar los 90 minutos reglamentarios de un solo partido.
Anastácio se convirtió en una especie de representante, quien le recomendó que lo primero que tenía que hacer para convertirse “en un futbolista reconocido” era tener una muy buena historia que contar. Por lo que decidió tomar el apodo de “Kaiser”, por su parecido a Franz Beckenbauer. Aprovechó la falta de tecnología para engañar y al mismo tiempo todos asociaron su nuevo mote con el talento en el terreno de juego que seguramente poseía.
Así se hizo de un curriculum, donde afirmaba que había pertenecido al plantel del Independiente campeón de la Copa Intercontinental 1984. La única prueba a eso era una foto del equipo de Avellaneda donde había un jugador en la plantilla que tenía un cierto parecido con Raposo. Fue así que consiguió a su primera víctima al infiltrarse en el Botafogo en Brasil.
Logró engañar a la directiva del Puebla
Con el tiempo llegó a conocer a Renato Gaúcho, ex jugador de la Selección de Brasil quien le hizo el gancho para que se haga su traspaso al Flamengo.Pero el destino le tenía preparado un nuevo destino, pues su carisma llevó al delantero con cero minutos jugados a convertirse en el fichaje bomba con La Franja del Puebla en la Liga MX.
Sin embargo en el país azteca estuvo tan solo unos meses ya que el jugador no se sintió a gusto en nuestro país. Muy probablemente por “no llenarle el ojo” a la directiva camotera y al poco tiempo ya estaba “jugando” para El Paso Patriots de Estados Unidos.
Pero su vida de mentiras no fue “miel sobre hojuelas” pues un día, el “Kaiser” estuvo a punto de debutar en su nuevo equipo por un pedido expreso del presidente del club. Lo que puso en serios problemas su “carrera” y su integridad física. Aunque de nueva cuenta su ingenio lo salvó, ya que al escuchar que unos aficionados rivales hablar mal del equipo, vio su salida y los empezó a agredir, lógicamente se fue expulsado y en los vestidores ya lo esperaba el mandamás del club.
“Antes que diga cualquier cosa, Dios me dio un padre biológico y me dio otro. Así que nunca voy a permitir que los seguidores digan que mi padre es un ladrón, que hace cosas malas y eso es lo que dijeron los aficionados de usted”, le dijo el falso jugador al dirigente. Acto seguido el presidente del club lo abrazó, le dio un beso, y le renovó el contrato.
¿Qué fue de Carlos Henrique Raposo?
De esta manera siguió su camino por el futbol mundial, el cual lo llevó por Francia y luego Brasil, para seguir haciendo de las suyas pasando por Fluminense, Vasco Da Gama y América FC. Después de años de engaño, Raposo finalmente se retiró del fútbol profesional a los 38 años, habiendo estafado a una gran cantidad de clubes, cuestión de la que no se arrepiente, pues afirmó que: “los clubes han engañado y engañan mucho a los futbolistas. Alguno tenía que vengarse por todos ellos”.
Lo último que se sabe de Raposo es que dirige un gimnasio y trabaja como entrenador personal, lejos de los reflectores del fútbol profesional.Pero con una historia que es tan extraordinaria que se hizo un documental sobre su vida itulado “Kaiser: The Greatest Footballer Never to Play Football”, dirigido por Louis Miles.