En un tremendo baile, el Inter de Milán le pegó 3-0 zapatero al Milan y se queda con la Supercopa de Italia. ¡Grande, Inter!

La Supercopa de Italia nos tenía preparados un tremendo juegazo donde se enfrentaban dos de los equipos más grandes de mundo. El Milan y el Inter estaban listos para demostrar el por qué han sido los dos mejores equipos del futbol italiano en los últimos años.

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El partido arrancó con un Inter tremendamente poderoso. Los cracks del equipo Neroazzurro salieron a comerse a sus archirrivales y parecia que el Milan no sabía ni que estaba pasando. Fueron pasando los minutos y el Inter era tremendamente superior, y esa superioridad no tardaría en tener frutos.

En una tremenda jugada colectiva, Federico Dimarco encontró el primer gol del partido a los 10 minutos de haber empezado el partido. ¡El Inter pegaba primero!

Pero la cosa no pararía ahí, y es que el Inter estaba que no creía en nadie. Cracks como Nicolo Barella y Edin Dzeko se estaban dando un tremendo festín de futbol y el Milan no podía hacer nada al respecto.

Pasaron 10 minutitos del primer gol para que Edin Dzeko se rifara el segundo golecito de la noche.

En una contra tremendamente mortal, Edin corrió la pelotita por la banda derecha. Cuando llegó casi al borde del área por la banda se aventó un recorte de locos dejando al defensa por los suelos y definiendo como los dioses. ¡El Inter ya tenía el partido 2-0 y le estaba dando un baile al Milan!

El primer tiempo fue todo para el Inter, que no pudo encontrar otro golecito más para llevarse una ventaja más grande al medio tiempo.

Milan lo intentó, pero fue mucho Inter

Ya en el segundo tiempo, el Milan, por amor propio y por la grandeza de su camiseta, salieron para buscar hacer el milagro en el King Fahd Stadium. El Milan poco a poco fue tomando más la pelotita, pero no encontraba buenas chances para marcar por lo menos el primer gol.

Fueron pasando los minutos y los Rossoneri se fueron cayendo; obviamente esto motivó más a los cracks del Inter y al minuto 77 llegó el tercer gol.

Y tenía que ser el flamante campeón del mundo el culpable de poner el gol que decretaba la goleada. Lautaro recibió el balón, y con un toque digno de los killers que se han puesto la playera nerazzurra, la cascó en el ángulo. ¡Qué golazo te mandaste, Toro!

Al final, el Inter sólo acompañó el partido esperando que el profe pitara el final. El árbitro sonó el silbato, y el Inter de Milán se quedó con la Supercopa de Italia por marcador de 3-0 frente al Milan.