Por: Raúl Garrido | @RauGarr
Tres empates se han registrado entre Pumas y Veracruz, dos sin goles en el Olímpico de Ciudad Universitaria (CU) y el 1-1 en El Puerto, desde la vuelta de los Tiburones Rojos a la Primera División en 2013. Pasaron cinco años para que ambos equipos se volvieran a enfrentar desde aquel viernes 25 de abril, cuando los auriazules descendieron al Veracruz en su propia casa. El Luis Pirata Fuente, repleto, vio cómo su equipo perdía la categoría a manos de los universitarios.
El entonces equipo de Miguel Herrera llegaba con el único objetivo de ganar para permanecer en la máxima división del futbol mexicano. Recibía a los Pumas, ese equipo de Ricardo Ferretti que ligaba seis partidos sin ganar, cuatro derrotas. En el papel las cosas no parecían tan difíciles. En la cancha lo fueron.
Fiel a su costumbre, el Pony Ruiz desbordó por la banda, recortó hacia dentro y mandó un centro al corazón del área que se encontró con el remate a gol de Syndey Balderas. Apenas habían pasado 11 minutos. El Pirata explotó. Todo indicaba que sería una tarde-noche de fiesta. Pura ilusión. Velarde inició una jugada en propio campo, cedió el balón para Rubens Sambueza que entró al área e hizo una pared con Solari antes de marcar el empate y poner a temblar a la afición Jarocha. Miguel Herrera le recriminaría ese gol a Luis Ángel García: “Estoy triste, enojado. Sé que en el primer gol me equivoqué. Creo que soy culpable del descenso. Yo lo reconozco. Tengo los huevos para decirlo. Si me toca estar en la cancha lo volveré a intentar. Tengo los huevos suficientes para volver a jugar. Me culpó (Miguel Herrera) del error y yo lo acepto”, diría el jugador tras el partido.
Al final del primer tiempo, Nacho Scocco remataría de cabeza a centro de Leandro y comenzaría el sufrimiento del Tibu. En menos de 20 minutos del complemento, Solari marcaba un par de golazos que en Guadalajara celebraba el Puebla del Chelís. Con eso se salvaban y el rival odiado de la zona se iba a la Liga de Ascenso. El Pirata Fuente era un mar de llanto, Miguel Herrera no lo podía creer y Aldo De Nigris no veía la portería. Los esfuerzos del Pony Ruiz, que marcó el segundo tanto de los escualos, eran insuficientes. Tampoco Miguel Layún podía revertir la situación.
Tras el encuentro jugadores como Israel Castro, Sergio Bernal o Francisco Palencia levantaban del césped a sus colegas, Villaseñor, De Nigris, John Restrepo, quienes también habían sido compañeros de Marco Antonio el Pikolín Palacios un semestre antes, durante su estancia a préstamos en Veracruz. La imagen era triste para jugadores, cuerpo técnico, directiva y sobretodo para la afición. “Daría toda la mercancia y los instrumentos de buceo para que el equipo permaneciera. Pero está difícil”, decía un pescador local entrevistado por TV Azteca antes del encuentro.
Pumas empataría la última jornada con Pachuca en la cancha del Olímpico sin goles; con ello, los Tuzos jugarían el repechaje y los universitarios pensarían en la próxima campaña. Santos se coronaría campeón venciendo al Cruz Azul y Veracruz se iba al descenso para no volver en cinco años, cuando la franquicia de La Piedad se mudó al Puerto.
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