Por Llanely Rangel
Las burlas no son nada. No lo son cuando los sueños son motor. Eduardo Herrera llevaba tanto esperando su llamado a la Selección Mexicana que ni una entrada por salida al césped y ser la burla de las redes sociales pudo derrotar su ímpetu.
Herrera está acostumbrado a esperar. Tuvo que hacerlo cuatro años para que llegara su debut oficial con el primer equipo de los Pumas. En muchas ocasiones se conformó con portar la casaca de Pumas Morelos. Lo hizo con empeño; nada le importó.
El 24 de julio de 2011, Guillermo Vázquez Jr. le dio su primer oportunidad. También fue un suspiro. Entró de cambio por Juan Carlos Cacho contra San Luis, pero es un día que jamás olvidará, pues asegura que lo único que podía exigir era que su primer ingreso a la cancha fuera en el Estadio Olímpico Universitario, su escenario soñado, en ningún otro lugar.
Después de su debut continuó con su espíritu abnegado. Incluso en alguna ocasión, tras minutos intermitentes con los Pumas, un reportero le cuestionó la causa de su permanencia como suplente. Sin tapujos el delantero respondió: “El torneo pasado comencé a jugar y ahora tengo la oportunidad de competir para ser titular pero la prioridad es que el equipo logre sus objetivos. No pienso en otra cosa”.
Pumas se despidió de Guillermo Vázquez Jr. y también se terminó con su oportunidad de convertirse en pieza clave del club. El delantero fue cedido a préstamo con Santos Laguna. Fue hasta el regreso de Vázquez Jr. al banquillo que Herrera regresó tanto al equipo como a la titularidad. Para el Apertura 2014, fue el mejor anotador de los universitarios al convertir ocho tantos en la fase regular y uno en la liguilla.
La constancia con los Pumas le permitió demostrar su trabajo y sus habilidades en el juego aéreo, lo que consiguió llamar la atención de Miguel Herrera. Eduardo ahora es el orgullo de todos los aficionados universitarios que esperaron poco más de 20 meses para que un jugador de Pumas los representará en el combinado nacional.
“La verdad no me molestó, al contrario, hubiera querido entrar aunque sea esos segundos que me tocaron. Ahora se presenta en este partido (México vs Paraguay) la posibilidad de jugar de inicio, y a disfrutarlo”, explicó.
Él es Eduardo Herrera, dorsal número 15, un jugador acostumbrado a esperar su oportunidad.