Pánico en el Real Madrid pese a la victoria ante el Málaga. Miedo, mucho miedo. Y todo por la lesión de Modric y en menor medida por la de Bale. El equipo blanco se vino abajo sin el croata durante los meses de febrero y marzo y ahora existe la posibilidad de que el centrocampista, jugador clave en el Real Madrid, se pierda la vuelta de Champions ante el Atlético. Tiemble el Real Madrid. Al menos, los goles de Ramos, James y Ronaldo valieron tres puntos y, de esta manera, seguir apretando al Barcelona en la pelea por la Liga.
No fue titular, pero como si lo fuera. Chicharito apuntó al once inicial durante la semana por culpa de la lesión de Benzema, pero Ancelotti se inclinó por Isco para desesperación del mexicano, pero el partido tenía guardada una sorpresa para el delantero en forma de lesión de Gareth Bale. A los dos minutos, Chicharito ya estaba sobre el verde del Bernabéu. Nueva oportunidad, bien recibida por la grada tras el susto recibido con la lesión del galés y notable respuesta del mexicano.
El ex del Manchester United siguió al pie de la letra el guión que parece haber escrito en toda las ocasiones en las que tiene oportunidad de reivindicarse. Correr, correr para después volver a correr. Ni una gota de sudor le quedó dentro al punta. Todo pundonor. Fútbol poco, pero energía sobre el césped, toda la del mundo y más. Gesto, por cierto, que el aficionado del Bernabéu agradece por encima de los finos toques de otros.
No se vio mucho al mexicano, pero en una de las pocas que tuvo aprovechó la ocasión para asistir a Ronaldo y para que el portugués no se fuera cabreado del Bernabéu por el fallo del penalti, para dos minutos después repetir con distinto final ante el fallo de CR7.
El Real Madrid que quedó tocado por la lesión de Bale y temblando tras la de Modric. Dos empujones, dos goles y poco más. No le hizo falta mucho más la verdad para derrotar a un Málaga poco ambicioso y derrotado de antemano. En los blancos, James y poco más.
Si bien Chicharito tuvo suerte y pudo jugar, no pasó lo mismo con Ochoa. El portero del Málaga sigue en el más puro ostracismo. Al menos se pudo marchar con un abrazo de su amigo el delantero. Así abandonaron el Bernabéu.