Por: Ángel Armando Castellanos | @aranha_azul
Comenzó a ser figura allá por el Apertura 2002. Era un jovencito delgado y no muy alto de Los Mochis, Sinaloa. Era Omar Bravo. Uno de sus mejores amigos, Alberto Medina, lo llamaba 'Maizorro'.
Omar vivió una historia de amor y odio con el Guadalajara. Su primer gran momento lo vivió en el Apertura 2006, junto a Medina y Adolfo Bautista se coronó Campeón de Liga. Seis meses después, de goleo. El primero en décadas para el club.
El problema vino después. Salió rumbo a Europa y volvió pronto, a Tigres. Chivas lo regresó a sus filas. Su rendimiento fue pobre. Fue transferido a Cruz Azul, uno de los odiados rivales y no pasó mucho con él.
La noticia más dolorosa llegó desde Colomos. Atlas lo firmó. Un ídolo chiva jugaría para el máximo rival. Lo peor fue su rendimiento. Le fue muy bien y de inmediato Jorge Vergara lo reclamó.
Le costó mostrar su mejor repertorio como rojiblanco. Justo el torneo pasado, cuando más se le necesitaba, renació. La esperanza de alcanzar a Salvador Reyes como máximo goleador en la historia estaba más viva que nunca.
Ante Morelia, en muy pocos minutos, lo logró. Omar ha recuperado el amor de Chivas. Lo ha hecho cuando más era requerido, en un duelo directo por evitar el descenso. Omar lo logró.