El 30 de junio del 2018 será recordado por un buen rato, pasará a la historia como el día en el que Lionel Messi y Cristiano Ronaldo dejaron de poder.
Sí, el día en el que los monstruos de la época demostraron que ya no están para más. Tristemente se fueron el mismo día del Mundial, en la misma fase y contra equipos que demostraron ser superiores a los suyos.
Es doloroso para el mundo del futbol, para el torneo, pero sobre todo para ellos mismos que se quedaron con las ganas de dar más, de demostrar que tenían todo para alzarse con la Copa del Mundo. Dos killers parisinos acabaron con ellos, uno francés, otro uruguayo, los cuales no hace falta decir sus nombres.
Puede ser injusto, pero es algo que hay que aceptar; se debe dar paso a los nuevos, a los que quieren brillar y emular lo que ellos han hecho. Neymar es un gran ejemplo, amigo y admirador de ambos, que igual podría irse en la misma fase si emula lo que ellos si no demuestra su potencial.
Probablemente será la última vez que los veamos en un Mundial, al menos en su máximo nivel. Catar nos espera, los espera, pero faltan años para averiguar eso. Algo es seguro, son polos opuestos: Mientras Argentina necesita a un Cristiano, Messi necesita compañeros como los de su rival.
Que no se llore su partida, basta de comparaciones el uno con el otro, esto es prueba de que les queda poco en el futbol, poco y valioso tiempo que se debe aprovechar para decir orgullosamente “Yo vi jugar a Cristiano Ronaldo y Lionel Messi”