Por Sebastián Anaya
EDGARDO CODESAL MARCÓ UN PENAL A POCOS MINUTOS DEL FINAL CON EL QUE SE GANÓ EL ODIO DE TODO UN PAÍS
En la final del Mundial de Italia 1990 se enfrentaron Argentina y Alemania. El árbitro central en el Estadio Olímpico de Roma fue Edgardo Codesal, uno de los mejores pero también más controversiales silbantes de México. Era el tercer partido a cargo del mexicano, pero sin duda alguna fue el más significativo de todos, y uno que a la fecha lo persigue.
Codesal se había ganado la asignación al partido gracias a sus buenas actuaciones en los partidos de Italia contra Estados Unidos -fase de grupos- e Inglaterra ante Camerún -cuartos de final-. Aunque tenía frente a él a dos de las más grandes fuerzas del futbol y la presión del partido más importante a nivel selecciones, el árbitro mexicano supo manejar el partido e imponerse frente a los argentinos y alemanes.
Como cualquier final, el partido fue intenso y cerrado, aunque con un ligero dominio por parte de los alemanes. El primer motivo de enojo contra el silbante fue cuando expulsó a Pedro Monzón de Argentina al 65', pero la verdadera polémica ocurrió al minuto 84, cuando el mundo empezaba a prepararse para que el partido se fuese a tiempos extras.
Roberto Sensini derribó a Rudi Voeller en una jugada que Codesal no dudó en marcar como penal, pero que desató la ira y el reclamo de los argentinos. Los alemanes terminarían por anotar el único gol del partido y conseguir su tercer mundial, pero también sería el inicio de una polémica y reclamos hacia el mexicano, varias de las cuales se mantienen hasta la fecha.
Él mismo cuenta que ha recibido amenazas de muerte e insultos, además de malos tratos por parte de varios argentinos. Lo describe como “un odio que se ha transmitido a varias generaciones”, en lo que para él son cosas que van más allá del deporte. Varios jugadores argentinos incluso declararon en su contra, como Maradona, quien dijo que “la FIFA mandó a Codesal para perjudicarlos”. O bien otros que lo han evadido en eventos públicos.
Sin embargo, a la fecha el silbante asegura que su actuación fue buena en ese partido. Lo que más le duele es que ya son varias generaciones de argentinos que, hayan visto el partido o no, lo siguen tratando mal por algo de hace 31 años.
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