Por: José Félix Díaz (Colaborador en Madrid)
España tiene una nueva estrella, esa que puso a la Roja en el camino indicado para golear a Bielorrusia. Al gol de Isco se añadieron los de Busquets y Pedro, que sirven para acercar un poco mas a España a la Eurocopa de Francia y a recuperar ciertas sensaciones del pasado.
La metamorfosis que ha sufrido Isco le ha llevado a que cada balón, cada jugada que inventa, se convierta en una ocasión de disfrutar del futbol como espectáculo y como juego. El madridista mostró ante Bielorrusia un repertorio al alcance de pocos jugadores. Marcó por toda la escuadra desde fuera del área, dio taconazos, asistió a sus compañeros y fue capaz de arrancar a treinta metros llevando peligro a la portería de Bielorrusia.
Tal y como le sucede con el Real Madrid, Isco ya gana partidos, pero a diferencia de lo que le sucede en el equipo blanco, con la Selección puede y debe ser el líder de esa nueva España que Del Bosque construye. Los tres puntos logrados ante Bielorrusia ayudarán a que tenga unos cimientos más sólidos, esos mismos que se tambalearon tras la derrota ante Eslovaquia.
Con el 2-0 en el minuto veinte, la Selección Española se olvidó de los sufrimientos en anteriores partidos. Se vio a un equipo más solvente, con más confianza en lo que hacían. Cierto es que Bielorrusia no es un rival que esté a la altura de España, pero en teoría tampoco lo estaba Eslovaquia. Firmes en defensa, resolutivos y con fantasía arriba, la que ponía Isco especialmente.
Jugadores como Koke, el citado Isco, Cazorla (veterano pero eterno suplente), Alcácer, Morata, Bernat o Pedro están llamados a liderar el cambio generacional que tanto necesita el futbol español tras el fracaso de Brasil. Ante Bielorrusia la imagen del equipo fue mucho mejor, quizá la más notable desde aquella triste experiencia del Mundial. Y eso que se venía de una semana extraña y hasta convulsa por algunas ausencias de jugadores como Diego Costa o Cesc Fàbregas.