El amor de este crack de Tigres por México ha llegado al punto que en su piel se tatúo uno de los símbolos más emblemáticos para los fieles mexas de la religión católica y él ha declarado sentirse uno de los nuestros por el recibimiento que ha tenido por parte de nuestra gente.
Se trata de André Pierre Gignac, quién en su pantorrilla se tatuó la imagen de la Virgen de Guadalupe cuidando a su hijo Edén de quién espera en el futuro sea el mejor jugador de la Selección Mexicana. El killer lo presumió en Instagram y agradeció al autor de la obra que porta en la piel.
Ahora ya sabemos porqué el delantero está bien protegido y la ha roto en la Liga MX, quizás algo que lo motiva es que nunca ha perdido la fe.