En una de las tantas renovaciones que el cuadro rossonero ha intentado hacer, para el verano del 2017 se hicieron de los servicios de André Silva. En ese entonces, un diamante en bruto de 21 años que venía de llamar la atención de medio mundo por sus 21 goles y 8 asistencias en su última temporada con el Porto.
Por 38 millones de euros se sumó al cuadro de Gennaro Gattuso. La expectativas eran altas, parecía que el Milan por fin fichaba a futuro y no se llenaba solo de jugadores experimentados. No rindió lo esperado a pesar de ser titular; en Serie A únicamente pudo anotar un par de goles que significaron 6 puntos (ante Genoa de último minuto y el de la victoria ante Chievo)
Fue en la Europa League donde se lució: hat-trick contra Austira Wien, gol contra Rijeka, doblete en casa contra Austria Wien pero incapaz de anotarle al Arsenal que fue el verdugo del equipo. Esto le valió críticas respecto a su rendimiento y al nivel de rivales a los que sí les podía anotar.
Gattuso perdió la paciencia y decidió cederlo al Sevilla.
Y bien, para este inicio de la 2018/19, los rossoneros podrán televisar el rendimiento de su aún delantero. Con el cuadro de Sevilla parece haber encontrado el gol, pues en 7 partidos, acumula 7 goles. Arrancó con hat-trick contra el Rayo Vallecano, gol contra Levante, doblete contra el Real Madrid y uno más en su último juego contra Eibar.
Así, el portugués se sitúa como único líder de goleo tras 7 jornadas. Mostrando un gran potencial y nuevamente, con una proyección goleadora para rato.
¿Lo extrañan en Milán? ¿O le quedó grande la camiseta de un equipo que no puede contra su propio peso?