El Clásico Regio Femenil será más recordado por la actuación arbitral que por lo que hicieron las jugadoras en la cancha.
La central Priscila Pérez y su asistente Karen Díaz no se ponían de acuerdo en decisiones importantes durante el partido. No tenían la diadema y tenían que gritarse una a la otra para darse a entender.
Mientras una decía que no era válido el primer gol de las Rayadas, la otra lo marcó sin pensarlo dos veces. Otro error fue que Pérez le sacó la amarilla a la ocho de la Pandilla y tuvo que salir Díaz a corregirla y decirle que era para la ocho de Tigres. De vergüenza.
El espectáculo se ve manchado con este tipo de situaciones. Esperamos que en la Liga MX Femenil se tomen medidas para evitar que esto se vuelva a repetir. Merecemos más.