Así es amigo cruzazulino, si te recuerdan a cada rato lo que pasó en aquella final en 2013, te ayudaremos para que dejes callados a los americanistas. Lo que fue una gran tristeza para ustedes con el paso de los años, se ha convertido en la peor pesadilla del América, su nombre es Miguel Herrera.
Ese autogol agónico le ha dado crédito para vivir en las nubes por cinco años, pero en ese mismo transcurso del tiempo ha navegado en la mediocridad como entrenador. Después de ser campeón, tocó los cuernos de la luna porque en el siguiente torneo llegó a otra final y también al banquillo de la Selección Mexicana.
León nos dio la primera señal de lo que se podría venir cuando bailó a unas Águilas que desaparecieron en los dos partidos porque el orquestador ya tenía la cabeza en lo que sería dirigir en Brasil 2014. Se iba de Coapa con las manos vacías y con la mesa puesta para dirigir el Mundial después de la ayuda que nos dieron los gringos junto con dos partidos de trámite contra Nueva Zelanda.
Podríamos decir sin problemas que Castro le dio el pase para dirigir la Copa del Mundo, al final esa aventura se terminó porque como suele hacerlo, no supo qué hacer cuando se vino la noche. En vez de liquidar a los holandeses se tiró para atrás cerca de media hora en algo que al final se pagó caro, los cambios que hizo fueron para amontonar en defensa y Holanda no perdonó… Ya paremos con eso del no era penal.
Una vez más el árbitro tenía la culpa de todo y nadie le cuestionó al Piojo su táctica llena de miedo cuando pudo llenarse de gloria. Mientras eso pasaba, el América de la mano del Turco se convirtió en un equipo imponente que fue capaz de terminar como líder general para después levantar la 12 con la que superaban en títulos a las Chivas en ese momento.
Después llegaron Matosas y Nacho Ambriz para lograr el bicampeonato en la Concachampions, un torneo donde Miguel Herrera hizo el ridículo. El Piojo era campeón de la Copa Oro con un robo arbitral en contra de los panameños en las semifinales de aquel torneo. Le ganó a Jamaica la final, pero antes de eso, fue a la Copa América, todos sabemos el tristísimo desenlace cuando le echó la culpa a los árbitros por la eliminación.
Sucedió su pelea con Martinoli que lo dejaba fuera de la selección mientras el buen Castro estaba en su casa sin darse cuenta hasta donde había llegado su desviada de meses atrás. Mientras estuvo al frente, existieron muchas incógnitas sobre el desempeño de los mexas; lo más sobresaliente fue aquella victoria como visitante en Holanda… en un partido amistoso.
Por azares del destino, después de dirigir a Xolos en el Ame decidieron regresarlo al equipo porque aún tenía ese crédito que le dio el ex cementero. En esta nueva etapa han sido más las amarguras para los americanistas que las alegrías, Santos y Tigres se han encargado de bailar al América en las dos últimas semifinales.
Lo que más distingue a Herrera no es su capacidad como entrenador, más bien es la forma en cómo pierde la cabeza cuando se viene la noche. Inicia un nuevo torneo y las cosas no se ve que cambien, su estrategia es que los salve Marchesín más una genialidad de los de arriba que le saque las papas del fuego. No hay variantes al momento de que las cosas no van bien durante los partidos.
Así que la próxima vez que se rían de ti, amigo aficionado de Cruz Azul, recuérdales que gracias a ustedes tienen a un entrenador que es de lo peor que les pudo haber pasado. Diles que ni la Copa MX van a levantar porque así como se burlan de las cruzazuleadas, también ellos tienen las Piojadas que es mucho peor.
Porque ver a un técnico que es más famoso por payasear en la televisión, gritar goles junto con sus peleas con árbitros o comentaristas, es más humillante que perder partidos por circunstancias del futbol. Al final Alejandro Castro puede estar tranquilo porque a pesar de que perdió esa final, gracias a él más de la mitad del país es feliz burlándose de lo que es hoy en día el América.