Ya tenían 28 años sin pasar a semifinales, y eso se merecía un festejo para los ingleses, pero se excedieron.Su celebración se convirtió en acto de vandalismo cuando destrozaron una IKEA, tienda sueca de muebles e interiorismo.
Decenas de hooligans “festejaron” dentro de una IKEA de Inglaterra, brincando en camas y mesas exhibidas en el negocio, sin importar que a su paso destrozaran todo el lugar.
Si así fue su celebración por estar entre los cuatro mejores, no nos queremos imaginar los destrozos que puedan causar si llegan a la final. Nada más falta que ahora lleguen al aeropuerto para invadir los aviones de Croatia Airlines.