Dinamarca y Australia jugaron a morirse por la clasificación. Al final no se dio nada para nadie, un empate a uno fue el resultado, pero si a alguien le tienen que agradecer los daneses es a su crack Eriksen.

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En el inicio del partido, el genio del Tottenham se puso las pilas para orquestar a los suyos. Todo salió de maravilla al minuto seis cuando con un zurdazo se despachó con el gol que parecía era el inicio de una masacre.

Los minutos pasaron y la tortilla se volteó por completo. De ser Eriksen el protagonista de su selección, los defensas robaron cámara por el sufrimiento de resistir a unos australianos con mucho corazón que se  fueron con todo al ataque para empatar.

Desde entonces el partido se rompió de a poco. Australia dominó desde el final del primer tiempo. Por ese motivo el '10' de los europeos se tuvo que poner a defender y a buscar recuperaciones, labores que no son su especialidad y que acabaron con su brillo.

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De repente se animaba con uno que otro desborde o disparo.Intentó conectarse con Pione Sisto, pero el clic definitivo cayó en su portero Schmeichel. Parece que al final del día, Dinamarca jugará este Mundial con Eriksen y, si acaso, con su portero.

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