Por Miguel Alejandro Reina
Todos conocemos la historia de Johan Cruyff en el banquillo, un histórico que conquistó 15 títulos en Holanda y España. Cinco años antes de iniciar formalmente como entrenador en el Ajax, el Oráculo tuvo un momento incómodo con Leo Beenhakker, que muchos recordarán por su paso en el Ame.
Cuando Johan se encontraba en el ocaso de su carrera con el Washington Diplomats, se tomó unos días libres para ver al Ajax de sus amores, en un juego contra el Twente. Todo iba bien, los de Amsterdam dirigidos en ese entonces por Leo Beenhakker, ganaban apenas a los 10 minutos.
Después de eso se nublaron y al 27' ya lo perdían 1-3, en su propia casa y ante 13 mil 200 almas que observaban.
Según relata Christophe Gleizes en Panenka, ya era sabido que tras su retiro, Johan regresaría a Holanda para formar parte de la directiva ajacied, pero Cruyff no pudo esperar a colgar los zapatos para hacer algo por su equipo.
Poco antes de finalizar la primera mitad, Johannes no pudo más con la impotencia y de la grada saltó a la cancha para ubicarse en le banquillo a lado de un Beenhakker que observaba incrédulo como recomponía sus planteamientos.
Leo no pudo decir nada, dejó al equipo con dos goles abajo y Cruyff, sin ninguna experiencia como entrenador, le dio una victoria 5 a 3 al Ajax.