Por Mau Espejel
Querido Estadio Azul, no te imaginas cómo te vamos a extrañar los aficionados del América y los fans de los demás equipos de Primera División. Quisiera que te imaginaras lo feliz que fuimos cada vez que nos tocó jugar en tu cancha, no solo ganábamos, también goleábamos, incluso cuando Cruz Azul tenía muy buenas rachas, mi equipo te bailaba y hacía contigo lo que quería.
Siempre que te visitamos fueron buenos tiempos para todos. En la cancha Cruz Azul siempre se hizo chiquito, mientras tú, partido a partido, te quedabas vacío, tus aficionados te abandonaron, tal vez nunca fueron lo suficientemente importantes para estar a tu altura.
¿Te acuerdas cuando te llamabas Estadio Azulgrana? Pues ni el Atlante quiso jugar la final en la temporada 92-93, prefirieron el Estadio Azteca porque tenía más capacidad, te dejaron solo. De las finales de liga que ganaron Pachuca y Monterrey, mejor no hablamos, seguro el recuerdo te enmudecería, como cuando se abrían tus puertas para los juegos de Copa y Concachampions y nadie te visitaba.
Los que le van a Cruz Azul dicen que tu cancha está maldita, el sábado te van a querer despedir con una gran fiesta aunque nunca supieron valorarte, nunca entendieron tu misticismo, nunca percibieron lo espectacular que te veías con la tribuna llena, le quedaste grande a los Cementeros. Los aficionados de los demás equipos, siempre te recordaremos con una sonrisa, gracias por tantas alegrías.