Por Luis Casillas
Hay una frase que aplica a diario: ” Líbrame Dios de un rayo, de un burro en el mes de mayo y de un tonto a caballo”. Y es que la verdad nadie está exento de una desgracia, tal y como le sucedió a Jesús Guacarán, fisioterapeuta de la selección vinotinto.
Según versiones, al salir de una farmacia en Barquisimeto, Venezuela, se acercaron dos tipos en moto y le dispararon en la mandíbula para acabar con su vida.
Jesús no es la único cercano al deporte que ha sufrido de la violencia, aquí otros cinco casos de personas relacionadas con el futbol que terminaron con casos trágicos:
José Valdemar Hernández
En nuestro país se han dado casos en el nivel llanero o amateur, como el árbitro José Valdemar que el pasado 24 de diciembre, sí, justo en la víspera de noche buena, sufrió un derrame cerebral por un imprudente que le recetó un cabezazo después de que le mostrara la roja.
Amílcar Henríquez
En Colombia también se cuecen habas, el ex jugador de Árabe Unido falleció el pasado 15 de abril. Según reportes al futbolista canalero lo mataron a tiros.
Andrés Escobar
Quizá el caso más recordado, el defensa colombiano anotó un autogol en el mundial de Estados Unidos 94, mismo que valió para que los cafetaleros fueran eliminados del certamen. Versiones apuntan que ese mismo error le costó la vida 10 días después de regresar del torneo, aunque otros argumentan que fue un ajuste de cuentas.
Fernando Cáceres
En noviembre de 2009 el defensa argentino recibió un balazo en la cabeza cuando un tipo quiso robar su camioneta, afortunadamente él si continúa con vida, recuperándose de las secuelas que le dejó el incidente. La libró por poquito.
Salvador Cabañas
El caso más conocido en México es el del ídolo del América y de la selección paraguaya. En enero de 2010, en pleno apogeo de Cabañas, tuvo un altercado en un bar con un supuesto narcotraficante, por lo que recibió un balazo en la cabeza, él también se le peló a la huesuda y actualmente vive en su natal Paraguay.
Es una verdadera pena tener que tocar éstos temas, queridos juanáticos, pero es algo que nos ha rebasado. Hay que cuidar de los nuestros y de nosotros mismos, antes que nos cargue la calaca tilíca y flaca.