Por Carlos Castañeda
Era inevitable. Luchó, lo postergó, se puso retos como nadie, pero ha llego el momento de ver a Zlatan en la MLS para compartir vestuario con Giovani Dos Santos, la eterna promesa mexicana. Pero más allá de fijarnos en la historia particular de estas figuras incomprendidas, estamos seguros que podrían formar una dupla que atemorice al mejor de los porteros.
Combo
Nadie puede negar la calidad y habilidades con el balón que tiene Gio, pero él no es un delantero centro, entonces necesita de alguien que lo ayude a devolverle el gol a equipo de Los Ángeles. Con un referente en área de la calidad del sueco, nuestro hermano favorito de los Dos Santos podrá ser más libre, irse al frente, surtir de balones a Ibrahimovic y hasta sacarse unas selfies en el campo.
Trotamundos
Una razón más por la que se entenderán a la perfección es por su forma de ver el futbol. Ambos jugadores han sido errantes en su trayectoria. Entre los dos acumulan experiencia en ocho ligas alrededor del mundo (española, inglesa, francesa, italiana, turca, sueca, holandesa y estadounidense).
LA NUMERALIA
Los número de Zlatan son descomunales, mismos que sólo alguien de su calibre podría alcanzar. A nivel de clubes, el sueco lleva 403 goles. Por su parte, Gio está cerca de llegar a los 100, y cuenta con más de 50 asistencias. Son sólo números, pero con esos registros de que sale algo, sale algo.
RELACIÓN CON LA PRENSA
Si pudiéramos encontrar algún punto más en común sería en el carácter, en específico, el trato con los medios. Ninguno de los dos se andan con rodeos y tienen una postura bien firme frente a la prensa, No olvidemos el “Haters gona hate“, en la Copa Oro de Gio o las respuestas peculiares de Ibra.
Apuesta
El mejor rendimiento del mayor de los Dos Santos lo tuvo con dos referentes; Harry Kane adelante y Steven Gerrard por detrás. Ahora quieren volver a escudar a Giovani, primero con su hermano Jonathan y después con el mejor jugador sueco de todos los tiempos. Veremos si la fórmula funciona para que Galaxy alcance de nuevo un campeonato después de más de cuatro años de no lograrlo.