Por Rubén Ramos Martínez
Osorio anda en busca de consejeros en nuestro querido futbol mexicano. Ya lo hizo con el Tuca Ferreti para preguntarle sobre el Chaka. También podría hacer lo mismo con el Piojo Herrera sobre un jugador que no acaba de convencerlo, aunque a la vista de la mayoría merece un lugar en Rusia, el Hermoso Peralta. Aquí van las razones del porqué aclarará todas sus dudas.
LO CONOCE A LA PERFECCIÓN
Herrera ve a Oribe todos los días entrenar con América, sabe todo de él futbolísticamente. Hicieron una gran mancuerna aquella vez que salvaron el barco rumbo a Brasil. Le ayudaría a no inventarle posiciones para no exhibirlo como ha pasado con otros buenos jugadores que han estado en la selección.
ENTIENDE LA LABOR DE peralta
Cuando leo comentarios de americanistas que critican a Oribe por qué no hace goles o ya está viejo, yo me pregunto, neta, ¿cómo entienden el futbol?
“Tal vez la palabra villamelones vaya de acuerdo a estos muchachos”, diría Piojo. La labor que hace en la cancha de aguantar balones, jalar marca, bajar a media cancha para recuperar, esas cosas se las puede comentar al colombiano, se daría cuenta lo útil que puede ser.
AYUDARÍA A PLANTEAR UN ESQUEMA QUE AYUDE A LOS DELANTEROS
¿Se han dado cuenta de lo difícil que le resulta a la Selección Mexicana atacar? En el último partido lo vimos contra Bosnia. La media cancha parece estar más cuidada que la delantera. Miguel Herrera le podría enseñar a Osorio cómo para sus delanteros, en el caso de Oribe en que lugar ponerlo para que rinda más.
EL AMBIENTE DEL MUNDIAL
Ya de paso además de preguntarle por Oribe también podría hacerlo sobre todo lo que se vive en un Mundial, como manejar los nervios del primer partido. El Piojo salió bien librado a secas de Brasil 2014, unos buenos tips le podría dejar para que no pierda su puesto.
LO QUE NO SE DEBE HACER
Si alguien sabe cómo sabotearse para ser despedido del puesto es Herrera, le podría decir todos los errores que cometió para salir en todos lados, tuitear en favor de partidos políticos o golpear comentaristas. Las rotaciones ya nos tienen hartos.