Por José Macías
Usar la palabra “esclavo” en un país democrático puede parecer fuerte, pero mis queridos Juanáticos, por desgracia, ese es el trato que reciben los futbolistas en México. El más reciente caso de Oswaldo Alanís, se suma al de decenas de profesionales que han tenido que enfrentar a los dueños del negocio para hacer valer sus derechos laborales y humanos.
Todos y cada uno de los futbolistas profesionales están sujetos a las reglas que la FEMEXFUT expide y son acordadas con los dueños del balón, jamás con los protagonistas del juego, a ellos no se les pide su opinión, sólo acatan las órdenes. Entonces suceden cosas que sólo aquí son posibles: pagos tardíos, incumplimiento de prestaciones, despidos injustificados, bloqueo de opciones para ser contratados con otros equipos y más.
Aunque hay casos de jugadores que han enfrentado estas injusticias, no han sido suficientes para que estas prácticas desistan, entonces la pregunta es: ¿por qué los jugadores no hacen nada por ellos mismos y por sus compañeros de trabajo?
El maldito pacto de caballeros
Cuando un futbolista termina su contrato con un club, éste queda en libertad de contratarse con el equipo que decida, sea en su país o en el extranjero. Eso es lo que la FIFA dice, peeeeero… estamos en México juanáticos. Aquí nosotros hacemos nuestras propias reglas. Y como los dirigentes sí son unidos, bien creativos y decentes, decidieron crear una cosa que se llamó “Pacto de caballeros”.
Entonces dijeron qué libre ni que mis balones, yo invertí en ese jugador, así que a mí me regresan lo que le daba para sus pasajes, por lo tanto, el equipo que lo quiera contratar me tiene que pagar esa lana. Lógicamente, los otros clubes no van a pagar así nada más por algo que no les corresponde, a menos que el chavo sea un crack.
Esto le complica a un jugador contratarse “libremente” y le facilita a los dueños ofrecerles condiciones desfavorables, entonces los empleados aceptan migajas, se van a la sub-20 o ya no juegan, así el gandallismo.
El pacto viola la Ley del Trabajo
En un artículo publicado por el diario El Universal, el abogado laboral Javier Martínez, explica que este pacto va en contra del artículo tercero de la Ley Federal del Trabajo, “laborar no es un artículo de comercio. Desde que tú, con un contrato vencido, como ex patrón, pretendas que alguien te haga un pago sin que tengas que ver en la posible relación que pueda tener un jugador con ese tercero, lo manejas como artículo de comercio, sin tener un fundamento legal. Esto es ilegal, el trabajo no es un artículo de comercio nunca”.
Entonces, si los profesionales del futbol tienen la ley de su lado, ¿Qué les impide cambiar su situación? Mi humilde opinión es que reciben tan buenos salarios y viven condiciones tan cómodas económicamente, que no pueden tener empatía con sus colegas. Por otra parte, es una realidad que el gremio no es de lo más letrado, y la ignorancia siempre es aliada de la opresión.
¿Qué hará la Asociación Mexicana de Futbolistas Profesionales? Por el momento lanzó un comunicado donde piden un trato justo y con respeto hacia los jugadores.
?? Comunicado #PorElBienDelFutbolMexicano#FutbolistasUnidos pic.twitter.com/zKmmmh4jSH
— AMFproMX (@AMFproMX) December 19, 2017