Por Rubén Ramos Martínez
Juanáticos, una parte importante en la historia de la liga mexicana sin duda ha sido el América. Su afición ha estado ahí en las buenas como en las malas. Americanistas que ahora son adultos intentan transmitir esa pasión a las nuevas generaciones y entonces surgen varios sentimientos de ellos hacia sus antecesores, por ejemplo el enojo. Por diversas razones dentro y fuera de la cancha, aquí van algunos motivos del porqué los americanistas de hoy se molestan con los de la vieja guardia.
1. la final ganada contra las chivas
Los americanistas actuales sólo han visto la paternidad de sus Águilas contra las Chivas en Liguilla. Victorias en cuartos de final o semifinales han hecho inflar el pecho con su mejor repertorio de memes para burlarse de los chivahermanos. Al juanático del Ame de este siglo le molesta cuando se emociona por los triunfos ante el Rebaño y es bajado de su nube por sus antecesores diciéndole que “nada se compara con aquella vez que les ganamos la final, emócionate cuando sean campeones contra Guadalajara”. Ah, porque todavía se refieren al club tapatío como Guadalajara. ¡Pum! Lo que darían por ver a su equipo derrotar nuevamente al acérrimo rival en una final.
2. vieron a grandes cracks
Mientras que hoy la afición se tiene que chutar refuerzos como Joe Corona o Henry Martin, años atrás llegaban jugadores que hicieron historia como Reinoso, Antonio Carlos Santos, Héctor Miguel Zelada, Kalusha, Biyik. ¡Vaya diferencia!
“Es increíble que con tan poco, Rubens Sambueza sea su ídolo”, típica frase de un americanista de antes que resume con claridad lo que es el equipo en estos tiempos.
3. la frase de “en mis tiempos…”
Cuando se arman los debates entre aficionados del Ame, las frases con referencia al pasado son estandartes de los americanistas de antes a cada punto que se toca. La neta resulta ser hasta fastidiosa porque con esa creen que son más águilas por haber nacido antes que muchos de nosotros. Sí, les tocó una gran época, pero tampoco es para que lo recuerden cada segundo.
4. parecen porristas
Hemos visto videos en redes sociales de señores aficionados del América dando espectáculos vergonzosos. Para algunos es asunto denigrante que exista un americanista así. Carajo, hasta dan ganas de ponerse una bolsa en la cabeza.
5. son los que más abandonan al equipo
No sé si se han dado cuenta, pero cada vez que el equipo va mal los “veteranos” son los primeros en bajarse del barco. Con argumentos como”están bien pend%&#”, o el típico de “ya no vale la pena apoyar” se curan en salud. Ah, pero si todo marcha viento en popa son los primeros en ponerse la camiseta amarilla. Eso irrita porque, como le dicen a los más chavos, “sólo se suben al tren del mame”.
6. siempre desacreditan a las nuevas generaciones
Los americanistas de antes siempre dan por hecho que los jugadores jóvenes no sirven. Lo escuché cuando jugaban Raúl Jiménez, Diego Reyes, Memo Ochoa y ahora mismo con Diego Laínez. Parece que para ellos los mexicanos de antaño son los únicos que valían la pena.
7. siempre presumen que su equipo era ofensivo
No entienden que los tiempos han cambiado al igual que el futbol. Anteriormente, al no existir el fuera de lugar, por supuesto que te podías dar el lujo de ser ofensivo. ¡Ya no! Al cambiar reglas, formatos de competencia y la proyección de jugadores, es evidente que todo eso da como resultado el futbol que vemos. Enoja escuchar sus clases de dirección técnica ancestral.
8. creen en una grandeza de antaño
La grandeza debe sostenerse en el campo de juego, algo que los americanistas de hoy en día han visto cómo se maltrata eso. Varios debates son acerca de lo grande que es el Ame, mientras los de antaño defienden lo hecho en los 70´s u 80´s. Ni modo, viven del pasado.
9. ver a verdaderos entrenadores de época
Los americanistas de antes pueden presumir ver a técnicos que hicieron diferencia en el accionar del equipo, como José Antonio Roca o Zurdo López. Los actuales tienen que tragarse los discursos y pretextos de un entrenador chillón como el Piojo. Bueno, esto más que molestar causa envidia.