Por Rodrigo Salinas
La tetracampeona del mundo está fuera del mundial, luego de 60 años. El 13 de noviembre marca un punto de quiebre en el análisis del futbol italiano; un futbol conocido históricamente por ser la máxima cátedra defensiva, defensiva que no pudo soportar un gol de Suecia.
De manera personal creo que la situación del calcio tiene mucho que ver. La selección italiana se ha basado históricamente en tres equipos; dos de ellos no han funcionado en los últimos años. Los equipos de Milán aportan cada vez menos elementos diferenciadores para la Azzurra. Hay casos importantes en otros clubes, como el Gallo Belotti. En el Torino es un crack, en la selección no es trascendente.
Quedaron atrás los tiempos de una liga italiana tripartita, ahora solo vemos la hegemonía de la Vecchia Signora. El análisis no debe quedar en un fracaso de la selección, sino valorarse como un fracaso colectivo por parte del futbol italiano que ha permitido, de manera evidente, el ingreso de sus instituciones a una zona de confort, en donde se pelea por el segundo lugar.
Te parte el corazón ver a Buffon llorar, pedir perdón y anunciar su retiro de la selección, pero no es, ni de cerca, lo más preocupante de la situación.